Actualmente, de las 320 unidades que circulan en la ciudad, 96 están fuera del marco legal, tienen problemas mecánicos y a los concesionarios les dan plazos para repararlas, porque no hay nuevas unidades.
Ante un Centro Cultural lleno, hace ya dos años señaló que habría modernos centros de transferencia modal, llamados comúnmente paraderos, para facilitar la movilidad de pasajeros entre los sistemas de transporte.
“Los camiones llámese la Ecovía, el metrobus o la unidad que corresponde que podamos traer, va a requerir de estos centros de transferencia donde el camión o el autobús no tenga que estarse deteniendo en cada esquina y en algunos casos a mitad de cuadra, estos centros de transferencia climatizarlas con WiFi y que tengan una capacidad para 60, 70 personas”, expresó y fue ovacionado con aplausos ante tal promesa de hace dos años.
Hoy en día, los paraderos oficiales son contados y apenas se pueden sentar a esperar el camión unas tres personas. En la mayoría de las rutas, los pasajeros esperan el servicio bajo las inclemencias del tiempo, sin un techo que los cubra.
“Un transporte público malo, deficiente y caro, no tiene cabida en el Nuevo Laredo moderno”, dijo firme ante la audiencia, pero queda claro que la ciudad está lejos de ser calificada de esa manera.